Para variar un poco, quiero compartir este interesante artículo que habla sobre un libro que probablemente escribió Carlos Fuentes a través de un seudónimo. Es interesante ver como la lingüística y la literatura trabajan juntas para desmarañar las "misteriosas" autorías de algunos libros.
Milenio
México • Laura Cortés
10-Agosto-06
Un grupo de especialistas consultado por MILENIO afirma que la obra Los misterios de La Ópera fue escrita por el autor de Aura y firmada con seudónimo. De acuerdo con cifras del sello Random House, se han vendido 10 mil ejemplares de la novela de un tiraje de 25 mil.
Emmanuel Matta es Carlos Fuentes. Un análisis estiloestadístico apunta a que con ese seudónimo el autor de Aura publicó Los misterios de La Ópera, novela que a cuatro meses de su lanzamiento ha vendido, según fuentes de Random House Mondadori, alrededor de 10 mil ejemplares. En cambio, empleados de librerías Gandhi comentan que en sus establecimientos la venta no ha superado los 50 libros.
Con una edición de 25 mil ejemplares, Random House, a través de su sello Plaza&Janés, publicó en marzo pasado el libro. La campaña publicitaria que antecedió el lanzamiento fue, como su tiraje, un acontecimiento inusual en el ámbito literario: incluyó anuncios de televisión, promocionales en la vía pública y una vistosa presentación que alimentó el misterio alrededor de la identidad de su autor, quien fue anunciado como “un escritor mexicano consagrado que un día amaneció de buen humor para realizar un divertimento”. Asimismo, se mencionó que el autor seguiría publicando bajo ese seudónimo.
Aunque la novela pasó casi inadvertida, incluso para la crítica (Jorge Meléndez fue uno de los pocos que se ocupó en reseñar el libro y anticipó que no figuraría entre los más sobresalientes del género policiaco), algunos periodistas aventuraron nombres como el de Gabriel García Márquez, Jorge Volpi y, el más persistente, Carlos Fuentes.
El 27 de julio pasado, en entrevista televisiva con Carmen Aristégui, el autor de Todas las familias felices negó conocer a Emmanuel Matta: “No, no he oído hablar de él. ¿Un joven escritor?, qué raro que se me escapó porque yo voy muy al día”, dijo el narrador a la periodista.
Sin embargo, una serie de estudios estilo-estadísticos realizados, a petición de MILENIO, por un grupo de investigadores de la UNAM encabezados por el doctor en física estadística Enrique Hernández, contradicen la respuesta del narrador y revelan que Emmanuel Matta, el autor de Los misterios de La Ópera, es Carlos Fuentes.
El análisis comprendió la aplicación de tres pruebas estadísticas y lingüísticas —que miden coherencia, economía de lenguaje o repetición de palabras y cantidad de información—, a tres obras escogidas al azar firmadas por Carlos Fuentes: Las buenas conciencias, El instinto de Inez y Viendo visiones, así como a la novela Los misterios de La Ópera.
Los resultados que a continuación se exponen y cuyos detalles están en poder de MILENIO revelan, con 95 % de probabilidad estadística, que los cuatro libros fueron escritos por el mismo autor. El físico egresado de la Universidad de Princeton, New Jersey, aclara que “toda información estadística habla de posibilidades, ninguna información se puede asegurar categóricamente; pero con una posibilidad de 95 %, como es el caso, se puede decir con enorme certeza que Emmanuel Matta es Carlos Fuentes”.
Primera prueba: La ley de Zipf. Creada por el lingüista alemán y profesor de la Universidad de Harvard, George Kipling Zipf, esta ley estadística grafica la frecuencia con la que aparece una palabra en un texto pasando de la más a la menos frecuente contra el rango para obtener una potencia que es lo que se llama “exponente de Zipf”. Esta ley se ha usado para comprobar la autenticidad de textos atribuibles a William Shakespeare al compararlos con otros de su autoría.
Zipf notó que aunque un autor escriba diferentes libros su vocabulario básicamente es el mismo por lo cual el exponente de dos libros de un mismo autor es similar, mientras que entre diferentes escritores el exponente es claramente distinto.
Entre los datos que arrojó sobre Emmanuel Matta (cuyo exponente es –0.6872) es que “no es un novato, es un autor experimentado apegado a un estilo, con un léxico amplio y acostumbrado a escribir”.
Al aplicar la ley de Zipf en los tres libros firmados por Carlos Fuentes se ve la misma estructura que en la de Emmanuel Matta. El exponente de Matta cae justamente en el punto medio o en el punto de mayor confianza de Fuentes. (Ver tabla).
Hernández explica que “estadísticamente es muy poco probable que dos personas distintas tengan la misma distribución léxica, conozcan el mismo número de palabras y el mismo uso de palabras porque la elección de ese uso es absolutamente personal”.
Segunda prueba: Índice de repetición de palabras. Este análisis muestra un aspecto más subjetivo de los autores. El investigador de la UNAM explica que todos los escritores tienen palabras favoritas así como formas verbales.
El primer capítulo de Los misterios de La Ópera se conforma de 880 palabras, de las cuales 392 palabras son distintas, esto es, aproximadamente 44 %, las otras son repeticiones de una misma palabra. Al realizar el conteo de palabras de los tres libros de Fuentes mencionados se ve que el porcentaje en El instinto de Inez es de 42 %, en Las buenas conciencias 40 y en Viendo visiones 35. El promedio de las cuatro obras es de 40 %, por lo que con 95 % de margen de error se puede decir que es el mismo autor en los cuatro textos.
Este estudio revela características comunes en Matta y en Fuentes como lo muestran las gráficas: en la parte central de la obra el escritor ocupa más sus palabras preferidas como para crear un clímax o para dar un efecto dramático y vuelve a utilizar sus palabras preferidas como una suerte de epílogo o de salida.
Enrique Hernández lo explica: “las gráficas son como una fotografía en las que se ve el mismo modus operandi en los cuatro textos”.
Tercera prueba: Entropía de Shannon. Este análisis determina la cantidad de información que ofrece un texto y puede aplicarse a cualquier lenguaje, incluido la música. Para explicarlo, el físico emplea un ejemplo: “Yo nado en el agua”, aunque la frase emplea cinco palabras, una podría dar el mensaje: “nado”, a esto se le llama unidad de información.
La teoría matemática de la comunicación de Shannon dice, entre otras cosas, que la redundancia sirve para preservar un mensaje y con base en esta teoría se han diseñado protocolos de internet o de transferencias de datos por telefonía celular.
Los tres libros de Carlos Fuentes dan como resultado entre 5.3 y 5. 7 unidades de información y la obra de Matta da 5.2 unidades. Por lo que con 95 % de probabilidades se puede concluir que el autor es el mismo.
Luego de este análisis que implicó tres parámetros muy distintos entre sí (uno estilístico, uno técnico y otro más subjetivo), el científico Enrique Hernández reitera que “sería ridículamente poco probable, o demasiada casualidad, que Carlos Fuentes y Emmanuel Matta fueran dos escritores diferentes.
Las pistas
El escritor Federico Campbell, autor de la novela Pretexta en la cual el eje temático es la paternidad de los textos, ya había empleado un método estiloestadístico para identificar al autor detrás del seudónimo. Gracias a este procedimiento, en un artículo publicado en enero de 1986 logró descubrir al verdadero autor de artículos periodísticos. Con base en el método ideado por el lingüista sueco Alvar Ellegard, Campbell identificó que Pedro Baroja, articulista de Excélsior, era en realidad Rafael Cardona.
En su libro explica el método de Ellegard: “la clave es contar con un texto que se puede comparar con los escritos del autor investigado. Se tiene que tener un candidato, conseguir sus artículos, encontrarle manías estilísticas y establecer las similitudes: el tamaño de los párrafos, el uso de determinadas conjugaciones, la inclinación por ciertos estribillos”.
Sobre la identidad de Emmanuel Matta ya varios periodistas habían escrito. Uno de los primeros en apuntar hacia Carlos Fuentes fue José Luis Martínez S. Pero en donde se señaló plenamente fue en la columna La silla eléctrica del suplemento Confabulario. Ahí se publicó que la novela había llegado a través de la agencia literaria de Carmen Balcells y “que la identidad del autor era casi-casi un secreto de Estado”. La publicación resaltó que “la agencia literaria de Balcells maneja solamente la obra de dos mexicanos de renombre mundial: Rulfo y Fuentes”.
Por otra parte, en el blog Mitiempolibro se publicó que la paternidad de Los misterios de La Ópera correspondía a Gabriel García Márquez.
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